✨Agotamiento Emocional: Causas, Síntomas y Estrategias para Superarlo✨

El agotamiento emocional es un estado que afecta a muchas personas en nuestra sociedad.

La sobrecarga de actividades, responsabilidades y exigencias puede llevarnos al límite. Es curioso, porque hoy, que tenemos a nuestro alcance un montón de artefactos que se idearon para hacernos la vida más fácil, estamos más cansadas que nunca.

En este post veremos qué es el agotamiento emocional, sus síntomas y qué podemos hacer para que se convierta en un problema incapacitante.

¿Qué es el Agotamiento Emocional?

El agotamiento emocional se manifiesta como una extenuación mental. A diferencia del agotamiento físico, no se resuelve descansando. Algunas situaciones comunes que pueden desencadenarlo son el trabajo excesivo, los conflictos, las responsabilidades familiares o el cuidado de personas dependientes.

Veamos algunas formas específicas en las que se presenta:

  1. Síndrome de Burnout: En el ámbito laboral, cuando nos exigen o nos autoexigimos demasiado, podemos experimentar el síndrome de Burnout. Este síndrome se caracteriza por el agotamiento emocional y la disminución de la satisfacción laboral.
  2. Síndrome del Cuidador: Se da en personas dedicadas al cuidado continuado de un/a familiar. Este síndrome se manifiesta especialmente en aquellos que asumen el rol de cuidadora principal de una persona en situación de dependencia. La dedicación constante a las necesidades de otrxs puede agotar sus recursos emocionales.
  3. Agotamiento en la Pareja: Las relaciones conflictivas pueden generar agotamiento emocional. A veces, nos exigimos ser fuertes y mantener una relación a pesar del desgaste.

Síntomas

El autoconocimiento es clave en cualquier proceso. Identificar los síntomas es crucial para entender qué nos ocurre y no achacarlo a otras causas y, por supuesto, poder abordarlo de la forma más eficaz.

Algunas de las señales son:

  • Cansancio Físico: Sentimos que nuestro cuerpo no responde como antes. No tenemos ganas de salir de la cama.La energía escasea desde la mañana, y llegamos al final del día completamente agotadxs.
  • Insomnio: Y lo paradójico es que, aunque tengamos esa sensación de cansancio durante todo el día, por la noche nos cuesta conciliar el sueño. Los pensamientos relacionados con nuestras responsabilidades contribuyen a esta dificultad.
  • Problemas de Memoria y Concentración: Olvidos frecuentes, dificultad para concentrarnos en tareas y errores son comunes. A veces, incluso sentimos una sensación de irrealidad.
  • Falta de Motivación o Apatía: Perdemos interés en las actividades que antes disfrutábamos. La apatía afecta nuestra motivación y nos aleja de lo que realmente importa.

Estrategias para Superar el Agotamiento Emocional

  1. Sé Realista: Aprende a decir no y establece límites. No puedes hacerlo todo, y está bien.
  2. Reduce la Carga: Delega tareas cuando sea posible. No tienes que cargar con todo.
  3. Planifica el Descanso: Programa momentos de descanso y autocuidado. Prioriza tu bienestar.
  4. Busca Apoyo: Comparte tus sentimientos con amigos, familiares o profesionales de la salud mental.
  5. Reevalúa tus Valores: ¿Estás viviendo de acuerdo con lo que realmente te importa? ¿Es necesario todo lo que te exiges? ¿Dichas prioridades son tuyas o te han sido impuestas? Piensa y establece cuáles son tus valores.

En conclusión, el agotamiento emocional es real y afecta nuestra calidad de vida. Reconoce los síntomas, busca ayuda y ten siempre presente que tienes derecho a cuidarte.

✨Vergüenza ¿patológica?✨

La vergüenza es una emoción compleja que experimentamos cuando percibimos que hemos violado normas sociales, valores personales o expectativas propias o ajenas. 

Es una sensación de incomodidad, humillación o disgusto hacia uno mismo, que puede estar vinculada a situaciones específicas o a una evaluación general de nuestra valía.

Fuerte ¿no?

Que de un acto concreto infiramos todo nuestro valor. Y es ahí donde está el problema, porque la vergüenza en sí, como cualquier emoción, es útil y adaptativa. Pero ¿qué ocurre cuando dejamos de hacer cosas por ella? ¿Cuando no nos deja desarrollarnos? ¿Cuando nos oculta?

Pero ¿Qué es la vergüenza?

Es importante destacar que la vergüenza es una emoción universal y natural que todo el mundo experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Sin embargo, su intensidad y duración pueden variar según la persona y las circunstancias. 

Aunque puede ser incómoda, la vergüenza también puede ser una señal útil de que hemos infringido un valor o norma importante, lo que nos permite reflexionar sobre nuestras acciones y buscar maneras de corregir o mejorarlas.

Puede manifestarse físicamente a través de síntomas como rubor facial, sudoración, tensión muscular, palpitaciones… o comportamentales como evitar el contacto visual o directamente huir de la situación.

La vergüenza saludable es temporal y específica, asociada con un comportamiento particular o una situación concreta. Por ejemplo, podemos sentir vergüenza después de cometer un error en el trabajo o de decir algo inapropiado en una conversación. Esta vergüenza nos motiva a disculparnos, corregir nuestro error y aprender de la experiencia, fortaleciendo así nuestras habilidades sociales y nuestra autoconciencia.

Vergüenza Patológica

Por otro lado, la vergüenza patológica es un fenómeno mucho más insidioso. Se caracteriza por una sensación crónica e intensa de vergüenza que trasciende situaciones específicas y se arraiga en la identidad misma de la persona. 

Las personas que experimentan vergüenza patológica pueden sentirse inherentemente defectuosas, indignas o intrínsecamente malas, independientemente de sus acciones o logros.

La vergüenza patológica a menudo está relacionada con una autoestima extremadamente baja, una autocrítica implacable y un miedo persistente al rechazo o al abandono. Puede conducir a la evitación de situaciones sociales, la autoexclusión y el aislamiento emocional. En lugar de motivar el cambio positivo, la vergüenza patológica tiende a paralizar y socavar el bienestar psicológico.

Diferenciando entre Ambas

Entonces, ¿cómo podemos diferenciar entre la vergüenza saludable y la vergüenza patológica? La clave radica en su función adaptativa y su impacto en la vida diaria de la persona. Mientras que la vergüenza saludable impulsa el crecimiento personal y el aprendizaje, la vergüenza patológica inhibe el desarrollo y el bienestar emocional.

Si la vergüenza se convierte en un compañero constante, un peso que nos arrastra hacia abajo en lugar de una brújula que nos guía hacia adelante, puede ser el momento de buscar apoyo profesional.

En última instancia, al comprender la diferencia entre la vergüenza saludable y la vergüenza patológica, podemos cultivar una relación más compasiva con nuestras propias emociones y desarrollar estrategias efectivas para gestionarlas. 

¿Es posible aprender a ser un/a sin-vergüenza?

Autoaceptación y compasión

Aprender a aceptarse  y practicar la autocompasión son componentes importantes en el tratamiento de la vergüenza patológica. Esto implica desarrollar una actitud más compasiva hacia unx mismx, reconociendo que todos somos humanos y tenemos imperfecciones.

Desafiar los pensamientos negativos

La vergüenza patológica está frecuentemente asociada con una autocrítica implacable y pensamientos negativos sobre unx mismx, nuestra Dramaqueen. Aprender a cuestionar y desafiar estos pensamientos distorsionados puede ayudar a cambiar la percepción que tenemos de nuestro comportamiento y reducir la vergüenza.

Trabajar la flexibilidad

Cuando somos muy rígidas, cualquier comportamiento que tengamos que se salga de nuestro marco moral va a generarnos mucha ansiedad.

Cuanto más flexibles seamos al mirarnos y al mirar al mundo, mejor aceptaremos esas “desviaciones”. Solemos pensar que la vergüenza tiene que ver con el juicio externo, pero en el fondo, es la crítica interna la que nos inmoviliza.

Aprender habilidades sociales

 Mejorar las habilidades sociales y la autoconfianza puede ayudar a reducir la vergüenza social y aumentar la comodidad en situaciones sociales.

Terapia psicológica

La terapia  puede ser muy efectiva para abordar la vergüenza patológica ya que la terapeuta puede ayudar a identificar las creencias y los patrones de pensamiento subyacentes que contribuyen a la vergüenza, y trabajar en su modificación para que nos sean más útiles.

Es importante recordar que tratar la vergüenza patológica puede ser un proceso gradual y que cada persona puede responder de manera diferente a las diferentes estrategias de tratamiento. 

La vergüenza, al igual que otras emociones básicas como el miedo o la alegría, forma parte de nuestra experiencia humana y tiene una función adaptativa en ciertas situaciones. Sin embargo, lo que sí es posible es aprender a manejar la vergüenza de manera más saludable y a no permitir que domine nuestra vida o afecte negativamente en el camino hacia nuestras metas.

✨ Adicciones conductuales✨ 

Las adicciones conductuales, a menudo subestimadas en comparación con las adicciones químicas, son una realidad compleja. Puedes hacer mucho y algo y no ser adictx y al revés. Porque lo que define una adicción de algo que no lo es, es la falta de control en la conducta.

Estas adicciones, por lo tanto, se centran en comportamientos repetitivos que generan un impulso irresistible, a menudo resultando en consecuencias negativas para la vida diaria y las relaciones interpersonales. 

Tipos de Adicciones Conductuales

Adicción al Juego

También conocida como ludopatía, esta adicción se caracteriza por la compulsión incontrolable por participar en juegos de azar, ya sea en casinos, apuestas deportivas, o juegos online. Las personas afectadas suelen experimentar una pérdida de control sobre su comportamiento de juego, lo que lleva a consecuencias financieras y emocionales devastadoras. En la actualidad vemos como cada vez quienes sufren este trastorno son personas más y más jóvenes debido, entre otras causas, a la disponibilidad y acceso a este tipo de actividades.

Adicción al Trabajo

En un mundo obsesionado con la productividad y el éxito, la adicción al trabajo se ha vuelto cada vez más común. Aquí, la persona se encuentra constantemente inmersa en su trabajo, sacrificando su tiempo libre, relaciones personales y salud en aras de perseguir metas laborales cada vez más exigentes. 

Adicción a Internet

Esta adicción se manifiesta a través del uso excesivo de Internet, redes sociales, videojuegos o cualquier otra forma de tecnología digital. Las personas afectadas pueden pasar horas frente a pantallas, descuidando otras áreas importantes de sus vidas. 

Habría que hacer mención especial a las redes sociales y la dependencia absoluta que generan en cada vez más personas.

Adicción al Sexo

La adicción al sexo implica un patrón de comportamiento sexual compulsivo que a menudo interfiere con las responsabilidades y relaciones personales. Las personas afectadas pueden participar en actividades sexuales de riesgo, experimentar sentimientos de vergüenza o culpa, y enfrentar dificultades para controlar sus impulsos. En este punto hay que destacar la adicción al porno. El consumo constante debido a su disponibilidad está generando problemas en personas cada vez más jóvenes que no saben discernir la ficción que el mismo supone, intentando recrear ciertos comportamientos que ven en pantalla en sus relaciones con otras personas. A ésto hay que añadir la tolerancia al estímulo, esto es, la necesidad de más cantidad o mayor intensidad para conseguir la misma sensación.

Adicción a las Compras

También conocida como compras compulsivas, esta adicción se caracteriza por un impulso incontrolable de comprar productos, incluso cuando no se necesitan o no se pueden pagar. Las personas afectadas pueden experimentar una sensación momentánea de gratificación seguida de culpa o arrepentimiento.

Relacionado con ésta tenemos la adicción a la acumulación que es un trastorno del control de los impulsos caracterizado por la dificultad para deshacerse de objetos, lo que conduce a la acumulación excesiva y desorganizada de artículos en el hogar o en otros espacios personales. Esta acumulación puede llegar a niveles extremos, causando una gran congestión y desorden en la vida del individuo.

Adicción a una persona/ relación

La adicción a una persona, también conocida como “amor patológico” o “dependencia emocional“, es un fenómeno psicológico en el cual una persona desarrolla un apego excesivo y poco saludable hacia otra, llegando a depender emocionalmente de ella de manera compulsiva. Esta dependencia puede ser tan intensa que la persona afectada experimenta dificultades para funcionar normalmente sin la presencia o la atención de la otra persona.

Adicción a la comida

El trastorno por atracón es un trastorno alimentario caracterizado por episodios recurrentes de ingesta excesiva de alimentos en un corto período de tiempo, acompañados de una sensación de falta de control durante estos episodios. El estrés, la ansiedad, la depresión y la baja autoestima pueden aumentar la vulnerabilidad a los episodios de atracón y dificultar el control sobre el comportamiento alimentario.

¿Por qué?

Las adicciones conductuales pueden surgir de una combinación de factores genéticos, biológicos, psicológicos y ambientales. Algunas posibles causas subyacentes incluyen:

1. Factores Genéticos: La predisposición genética puede influir en la vulnerabilidad de una persona a desarrollar adicciones conductuales. ¡Ojo! Hablamos de vulnerabilidad, no de determinismo. Si sabes que en tu familia existe cierta predisposición genética a alguna adicción lo más aconsejable es evitar la exposición a la misma siempre que sea posible.

2. Desregulación Neuroquímica: Alteraciones en la química cerebral, incluyendo la dopamina y la serotonina, pueden contribuir al desarrollo de comportamientos adictivos. Ésto está muy relacionado con el sistema de recompensa. Este sistema está mediado principalmente por neurotransmisores como la dopamina, que juegan un papel crucial en la motivación, el placer y la búsqueda de recompensas. Cuando una persona experimenta placer o gratificación, como resultado de realizar una conducta adictiva, el sistema de recompensa libera dopamina, creando una sensación de bienestar y refuerzo positivo.

3. Trauma y Estrés: Experiencias traumáticas o altos niveles de estrés pueden desencadenar comportamientos adictivos como mecanismo de afrontamiento.

4. Modelado Social: Observar comportamientos adictivos en el entorno familiar o social puede influir en la adopción de patrones similares.

5. Problemas de Autoestima: La baja autoestima o la falta de satisfacción personal pueden llevar a las personas a buscar gratificación instantánea en comportamientos adictivos.

Características de las Adicciones Conductuales

Sensación de pérdida de control

Las personas afectadas experimentan una compulsión irresistible hacia el comportamiento adictivo, a menudo sintiendo una incapacidad para controlarlo.

Tolerancia

Al igual que con las adicciones químicas, las adicciones conductuales pueden requerir una mayor intensidad o frecuencia para lograr la misma sensación de gratificación.

Retirada

La interrupción del comportamiento adictivo puede desencadenar síntomas de abstinencia emocional o física, como ansiedad, irritabilidad o depresión.

Impacto Negativo

Las adicciones conductuales suelen tener repercusiones negativas en múltiples áreas de la vida, incluyendo relaciones personales, salud física, y estabilidad financiera.

Negación o “yo controlo”

Las personas afectadas pueden minimizar o negar la gravedad de su adicción, dificultando la búsqueda de ayuda y tratamiento.

Las adicciones conductuales pueden ser difíciles de detectar, incluso para unx mismx. Depende mucho de nuestra realidad social, es decir, si en nuestro entorno está normalizado jugar con cierta frecuencia, el hecho de entender que tú tienes un problema será mucho más complicado.

También porque, al contrario que en otros trastornos, en la mayoría de éstos la persona no siente un malestar tan acusado, por lo que son otras consecuencias (interpersonales, financieras, familiares, laborales…) las que hay que tener en cuenta para determinar la existencia de la adicción.

Aún así, es esa sensación de control (o de descontrol) la que nos tiene que dar la voz de alarma y entender la relación de la conducta con lo que nos está pasando en la vida y estamos intentando tapar.

La Resiliencia Humana

La palabra resiliencia designa la capacidad de cualquier material para recuperar su forma inicial a después de que se ejerce una fuerza que lo deforma.

La psicología, ha adaptado esta definición para, precisamente, entender  la capacidad para adaptarse a las situaciones adversas con resultados positivos que tienen (algunos) seres humanos.

Es decir, respondernos a:

¿Qué tienen diferente dos personas que ante la misma situación de estrés una es capaz de adaptarse y fortalecerse y la otra, por seguir con el símil, se quiebra?

La Resiliencia según Boris Cyrulnik

Cyrulnik, psiquiatra y psicoanalista, principal difundidor de este término, destacó que la resiliencia no es simplemente la ausencia de sufrimiento, sino la capacidad de enfrentarlo, adaptarse y crecer a partir de él. A través de sus investigaciones y experiencias clínicas, demostró cómo las personas pueden encontrar fuerza en medio de la adversidad y reconstruir sus vidas después de experiencias traumáticas.

Los Pilares de la Resiliencia

El Papel de la Historia Personal

   Cyrulnik enfatiza la importancia de la historia personal de cada individuo en la construcción de la resiliencia. Nuestra historia, nuestras experiencias pasadas y nuestras relaciones pueden influir en nuestra capacidad para enfrentar y superar desafíos.

El Poder de las Relaciones Humanas

   La conexión con quienes nos rodean desempeña un papel crucial en la resiliencia. Cyrulnik subrayó cómo el apoyo social y las relaciones significativas pueden ayudar a las personas a recuperarse del trauma y encontrar consuelo en momentos difíciles.

La Narrativa Personal

   La capacidad de dar sentido a nuestras experiencias y construir una narrativa coherente de nuestras vidas es fundamental para la resiliencia. Cyrulnik nos recuerda que podemos reinterpretar nuestras historias personales y encontrar significado incluso en las circunstancias más dolorosas.

Las personas Resilientes…

A lo largo de los años, las investigaciones han identificado varias características comunes entre las personas resilientes.

Estas características pueden variar en diferentes contextos y situaciones, pero en general, las personas resilientes:

  1. Son Optimistas: Tienden a tener una actitud optimista hacia la vida, lo que les permite ver las dificultades como desafíos temporales y creer en su capacidad para superarlos.
  2. Conocen su Autoeficacia: La creencia en la propia capacidad para enfrentar y superar desafíos es fundamental para la resiliencia. Las personas resilientes confían en sus habilidades y recursos para manejar situaciones difíciles.
  3. Afrontan la realidad con Flexibilidad: La capacidad de adaptarse y ajustarse a nuevas circunstancias es una característica clave. Las personas resilientes son flexibles y pueden cambiar sus estrategias según sea necesario para hacer frente a los desafíos.
  4. Cuentan con una Buena gestión emocional: Tienen habilidades para manejar emociones difíciles de manera saludable. Pueden reconocer y expresar sus sentimientos, así como regular su estado emocional en momentos de estrés.
  5. Tienen Redes de apoyo sólidas: Contar con relaciones sociales de calidad es fundamental. Las personas resilientes suelen tener redes de apoyo sólidas que les brindan consuelo, aliento y recursos prácticos en momentos de necesidad.
  6. Trabajan la Tolerancia a la frustración: Las personas resilientes pueden tolerar la frustración y mantenerse enfocadas en sus objetivos a pesar de los contratiempos.
  7. Sentido de propósito y significado: Tener un sentido de propósito y significado en la vida puede fortalecer la resiliencia. Las personas resilientes suelen tener metas claras y valores arraigados que les ayudan a mantenerse enfocadas y motivadas incluso en momentos difíciles.
  8. Autoconocimiento: Las personas resilientes suelen tener un buen conocimiento de sí mismas, incluyendo sus fortalezas, debilidades y límites. Esto les permite identificar y utilizar eficazmente sus recursos internos y externos para hacer frente a los desafíos.

Lecciones Prácticas para Cultivar la Resiliencia

Cultivar la Autocompasión

   En lugar de criticarnos duramente por nuestras debilidades o errores, debemos practicar la autocompasión y tratarnos con amabilidad y comprensión en tiempos difíciles.

Buscar Apoyo Social

   No tengas miedo de pedir ayuda cuando la necesites. Busca el apoyo de amigos, familiares o profesionales de la salud mental para enfrentar los desafíos.

Desarrollar habilidades de afrontamiento

Aprender y practicar técnicas de afrontamiento efectivas nos va a ayudar a manejar el estrés y la ansiedad y, por lo tanto, podremos gestionar las situaciones de forma mucho más efectiva.

Establecer metas

Establecer metas realistas y alcanzables puede proporcionar un sentido de dirección y propósito en momentos de dificultad. Trabajar hacia estas metas puede ayudar a mantener la motivación y la esperanza.

Practicar la autorreflexión

Tomarse el tiempo para reflexionar sobre las propias fortalezas, debilidades y experiencias hace que nos conozcamos más y, de esa manera, seamos capaces de establecer mejor regulación emocional.

En resumen, la resiliencia es una habilidad que podemos aprender y desarrollar a lo largo del tiempo. Al practicar estrategias específicas y cultivar ciertas características, seremos capaces de fortalecer nuestra capacidad para adaptarnos y recuperarnos frente a la adversidad.

✨​No estoy bien✨​

Hipocondría: Cómo acompañar a quien nunca se encuentra bien.

“Cada vez soporto menos ir a casa de mis padres. Mi madre siempre está ‘mala’ (nunca han encontrado nada en los miles de exámenes que se ha hecho) y, lo peor, es que siempre está hablando sobre eso. La actitud es horrible, empaña cada momento familiar. Yo sigo llamando y yendo pero intento que mis hijas se relacionen con ella lo menos posible”

La hipocondría, aunque a menudo malinterpretada, es más que una simple preocupación por la salud; es una condición mental que puede afectar profundamente la vida de quienes la padecen y de quienes los rodean. En este artículo, intentaremos explicar de la forma más sencilla posible qué es exactamente la hipocondría, cómo se puede tratar y ofreceremos consejos prácticos para convivir con alguien que la experimenta.

¿Qué es la Hipocondría?

La hipocondría, también conocida como trastorno de ansiedad por enfermedad, se caracteriza por una preocupación excesiva y persistente por tener una enfermedad grave, a pesar de tener una evaluación médica exhaustiva que indique lo contrario.

Las personas hipocondríacas suelen interpretar de manera exagerada sensaciones físicas normales o síntomas leves como signos de enfermedades graves, lo que genera una ansiedad extrema y afecta su calidad de vida.

Tratamiento Adecuado para la Hipocondría

El tratamiento de la hipocondría generalmente implica una combinación de terapia psicológica y, en algunos casos, medicación. La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser especialmente efectiva en el tratamiento de la hipocondría. Durante la TCC, los pacientes aprenden a identificar y desafiar los pensamientos catastróficos sobre la salud, así como a desarrollar estrategias para manejar la ansiedad y reducir los comportamientos de búsqueda de atención médica constante.

Además de la TCC, la educación sobre la salud y el fomento de un estilo de vida saludable pueden ser componentes importantes del tratamiento. Esto puede incluir técnicas de relajación, ejercicio regular y manejo del estrés.

Conviviendo con Alguien Hipocondríaco

La hipocondría no solo afecta a la persona que la experimenta, sino también a las personas que están a su alrededor. Estas son algunas de las formas en que la hipocondría puede influir en las relaciones y la vida cotidiana de quienes rodean a alguien que la padece:

  1. Preocupación constante: Lxs amigxs, familiares o parejas de alguien con hipocondría a menudo se ven obligados a lidiar con su preocupación constante por la salud. Esta preocupación puede manifestarse en forma de conversaciones repetitivas sobre síntomas, consultas médicas frecuentes e incluso visitas a emergencias innecesarias.
  2. Dificultad para comprender: Para aquellos que no experimentan hipocondría, puede ser difícil entender por qué alguien está tan preocupado por su salud, especialmente cuando los síntomas no parecen ser graves. Esto puede generar frustración y falta de empatía hacia la persona que sufre de hipocondría.
  3. Impacto en la calidad de vida: La hipocondría puede consumir una cantidad significativa de tiempo y energía, tanto para la persona que la experimenta como para quienes la rodean. Esto puede afectar la calidad de vida de todos los involucrados, causando estrés, ansiedad y tensión en las relaciones interpersonales.
  4. Ruptura en la confianza: La constante búsqueda de atención médica y la preocupación excesiva por la salud pueden socavar la confianza en la capacidad de la persona con hipocondría para manejar situaciones difíciles. Esto puede generar resentimiento y tensiones en las relaciones, especialmente si la persona con hipocondría no está dispuesta a buscar tratamiento o ayuda.
  5. Limitaciones en actividades sociales: La hipocondría puede hacer que la persona evite actividades sociales o situaciones que percibe como riesgosas para su salud. Esto puede limitar las oportunidades de disfrutar de actividades sociales y recreativas para quienes están cerca de ella.

Y yo… ¿Qué puedo hacer?

Convivir con alguien que siempre está hablando de lo mismo, que no es capaz de valorar lo bueno que tiene y se centra en lo que nosotrxs consideramos, pequeñas cosas, no es fácil.

Puede llegar a un punto de hartazgo que nos haga alejarnos o limitar el tiempo con esa persona.

Y, aún así, afecta. ¿Qué hacer, entonces, ante esta situación?

  1. Educarse sobre la condición: Entender qué es la hipocondría y cómo afecta a la persona que la padece puede ayudar a reducir la frustración y mejorar la empatía.
  2. Fuera la frustración: La persona no va a cambiar por mucho que tú le digas. Aceptar ésto puede ayudarnos a no frustrarnos.
  3. Fomentar la comunicación abierta: Animar a la persona a hablar sobre sus preocupaciones de manera abierta y honesta, pero no desde la queja, puede ayudar a disminuir la ansiedad y fortalecer la relación.
  4. Establecer límites saludables: Es importante establecer límites claros en cuanto a la cantidad de atención médica que se busca y no ceder ante demandas excesivas.
  5. Y límites de atención: Deja claro que no vais a hablar siempre del mismo tema. Hazle saber las veces que vuelve a la enfermedad o a los síntomas de una forma objetiva (a veces no son conscientes de que lo hacen).
  6. Fomentar la autonomía: Ayudar a la persona a desarrollar habilidades para manejar su ansiedad de manera independiente puede ser beneficioso a largo plazo. Deja claro que no vas a atender cada demanda (al hacerlo reforzamos la hipocondría).

La hipocondría es una condición compleja porque la persona casi nunca está dispuesta al tratamiento psicológico, así que a veces, lo único que nos queda es acudir directamente a terapia quien está a su lado, para saber manejar la situación y las propias emociones.

✨​Los “Casi Algo”✨​

El problema de los “casi algo” es que se idealiza lo que pudo haber sido y no fue.

A veces podemos encontramos enredadxs en esa tela de araña porque es fácil caer en la trampa de idealizar un potencial que nunca se materializó, de tejer sueños en torno a lo que estuvo a punto de ser pero nunca fue. Nos aferramos a la ilusión de un romance perfecto, de un amor idealizado que solo existe en nuestra mente.

Pero recuerda… que la mente es una gran directora de cine para bien o para mal.

Y quiero decirte algo: si no llegó a ser lo más probable es que no fuese tan idílico y verdadero.

El amor, como la confianza, se da o no. Se está dispuest@ o no. Y quizás pudo haber mucha atracción pero no amor real, de ese que se compone de pasión, intimidad y compromiso. Porque a lo que llamamos amor no es suficiente. Sentir mariposas en el estómago no es suficiente. Tener un sexo increíble no es suficiente. Tener cosas en común no es suficiente.

Además de todo eso hace falta compromiso, trabajo, comunicación y otras muchas cosas para que la química se convierta en amor y hacer que funcione.

Y si se quedó en casi algo sin llegar a nada o se quedó en pendiente (pospuesto hasta no se sabe cuándo) es lo que hay.

Es lo que es. Quiero decir. No es y esa es la realidad.

En lugar de perderse en el laberinto de lo que pudo haber sido, es fundamental centrar nuestra atención en el presente y en lo que realmente importa: nuestro propio bienestar emocional y mental. Debemos regar nuestras propias plantas, cuidar de nosotros mismos y cultivar nuestra propia felicidad, en lugar de esperar que alguien más lo haga por nosotros.

Deja de engancharte a la peli de lo que pudo ser y no fue y aférrate a la que es tu realidad ahora. . . Centra tu mirada, esfuerzos y energía en qué puedes hacer por ti.

Las películas románticas pueden ser entretenidas, pero la verdadera vida y el verdadero amor están lejos de la pantalla. Recuerda que somos lxs directorxs de nuestra propia historia. Que cada decisión, cada paso que damos, contribuye a la trama de nuestra vida.

Así que te invito a escribir una historia llena de amor propio, aceptación y crecimiento personal. Porque al final del día, eso es lo único que realmente importa.

En última instancia, r

✨​Carga Emocional✨​

La carga emocional se refiere a cualquier tipo de “peso” psicológico que una persona lleva consigo debido a experiencias pasadas, pensamientos negativos persistentes, relaciones tóxicas, traumas no resueltos u otras circunstancias que generan un impacto emocional significativo.

Estas cargas pueden manifestarse como sentimientos de tristeza, ira, resentimiento, culpa, ansiedad o cualquier otra emoción negativa.

Influyen en el comportamiento, las decisiones y las relaciones de una persona, ya que pueden afectar su capacidad para manejar el estrés, resolver conflictos y establecer conexiones saludables con los demás.

Reconocerlas y abordarlas es fundamental para la salud mental y el bienestar emocional, ya que pueden tener un impacto significativo en nuestra vida.

Identificación de la Carga Emocional

  1. Rencor y Resentimiento: Guardar rencor hacia alguien o resentimiento por conflictos no resueltos o heridas emocionales del pasado.
  2. Culpa: Sentirse culpable por decisiones pasadas o acciones que hemos tomado puede generar un peso emocional abrumador.
  3. Miedo: El miedo al fracaso, al rechazo o a lo desconocido puede paralizarnos y limitar nuestro potencial.
  4. Tristeza y Duelo: Perder a un ser querido o experimentar una decepción profunda. Aquí es importante destacar los duelos no permitidos, pues al propio proceso de duelo tenemos que añadirle la incomprensión y la frustración que nos genera.
  5. Miedo al rechazo: El temor constante al rechazo puede limitar las oportunidades de establecer nuevas relaciones y perseguir metas personales y profesionales, afectando la autoestima y la confianza.
  6. Trauma emocional: Experiencias traumáticas pasadas, como abuso, pérdida de un ser querido o accidentes. También, por supuesto, aquellos acontecimientos vividos como trauma por la falta de recursos que teníamos en ese momento.
  7. Inseguridad crónica: Sentirse constantemente insegurx sobre unx, ya sea en términos de apariencia física, habilidades o valía, debido a interacciones tóxicas.

Cómo Eliminar las Cargas Emocionales

Reconocer y abordar estas cargas es fundamental para la salud mental y el bienestar emocional, ya que pueden tener un impacto significativo en la salud física, mental, social y emocional a largo plazo.

La psicología ofrece una variedad de herramientas y enfoques que pueden ayudarnos a liberarnos y dejar atrás esa pesada mochila:

  1. Terapia: La terapia psicológica, ya sea en forma de terapia cognitivo-conductual (TCC)o la terapia de aceptación y compromiso (ACT), proporciona un espacio seguro para explorar y procesar las emociones difíciles asociadas con las cargas emocionales. Una persona capacitada puede ayudar a identificar patrones de pensamiento negativos, enseñar habilidades de afrontamiento efectivas y promover la resolución de problemas.
  2. Mindfulness y atención plena: Esta práctica puede ayudarnos a desarrollar una mayor conciencia de nuestras emociones, pensamientos y sensaciones físicas en el momento presente. Al aprender a observar nuestras emociones sin juzgarlas, podemos desarrollar una relación más saludable con nuestras cargas emocionales y aprender a dejarlas ir.
  3. Reestructuración cognitiva: La reestructuración cognitiva implica identificar y desafiar pensamientos distorsionados o negativos que contribuyen a las cargas emocionales. Al cuestionar creencias irracionales y reemplazarlas con pensamientos más realistas y adaptativos, podemos cambiar nuestra percepción de las situaciones y liberarnos del peso emocional asociado.
  4. Desarrollo de habilidades de afrontamiento: Aprender estrategias efectivas de afrontamiento, como la resolución de problemas, la comunicación asertiva y el establecimiento de límites saludables, puede ayudarnos a manejar mejor las situaciones estresantes y a reducir la carga emocional asociada.

En resumen, la psicología ofrece una amplia gama de herramientas que pueden ayudarnos, promoviendo así un mayor bienestar emocional y una mejor calidad de vida.

Es importante buscar ayuda profesional si la carga emocional se vuelve abrumadora o interfiere significativamente con el funcionamiento diario y en tus relaciones con lxs demás.

✨ESE EXTRAÑO LLAMADO DUELO✨


Es curioso, pero la gente suele esconderse cuando oye hablar de mí.

Sé que doy miedo, así que no debería extrañarme. No me comprenden ni me conocen realmente…

Si me conocieses entenderías que solo vengo a ayudarte. Que si me acoges, abrazas y me dejas espacio voy a acompañarte en el camino de sanación que nos queda por delante.

Si me dejas, te llevaré a conectarte con el dolor, para que puedas elaborarlo y transformarlo para poder así ver el amor.

Si me dejas, te conectaré con la culpa, para que puedas entender que lo hiciste lo mejor que pudiste y supiste en ese momento, que el perdón es el camino y que la culpa no es más que un peso innecesario del que puedes prescindir porque existe otra manera de quedarte unido a él o a ella.

Si me dejas te enseñaré el camino del amor. El valor del tiempo compartido, el cariño, los recuerdos.

Pero solo si me dejas y me aceptas como compañero de camino.

✨​No me gusta el cole✨​

Motivar a un hijo o hija para que quiera ir a clase y tenga gusto por aprender puede ser un desafío, más hoy en día, con tanto entretenimiento al alcance de la mano.

Aún así, podemos trabajar varias estrategias para fomentar su entusiasmo por la educación.

¿Vamos a ello?

Fomenta la Curiosidad

Estimula su curiosidad natural haciéndole preguntas abiertas sobre el mundo que nos rodea. Apoya sus intereses y acompáñale a explorar diferentes temas que le llamen la atención.

Cuando sienten intriga por aprender algo nuevo, están más motivadxs para participar activamente en el proceso de aprendizaje.

Crea un Ambiente de Aprendizaje Positivo en Casa

Haz del aprendizaje una parte integral de la vida cotidiana en casa. Lee libros juntos, juega juegos educativos, ved en familia documentales interesantes y realiza experimentos simples. Demuestra entusiasmo por el conocimiento y modela una actitud positiva hacia el aprendizaje.

Establece Metas y Celebra los Logros

Ayuda a establecer metas alcanzables relacionadas con su educación y celebra cada logro, ya sea grande o pequeño. Reconocer sus esfuerzos y progresos refuerza su motivación intrínseca y le enseña la importancia de establecer y perseguir objetivos.

Proporciona Recursos Educativos Atractivos

Haz que el aprendizaje sea divertido y accesible proporcionando recursos educativos que sean interesantes y estimulantes. Esto puede incluir libros, juegos, aplicaciones educativas, videos en línea y actividades interactivas que se adapten a sus intereses y nivel de desarrollo.

Fomenta el Aprendizaje Autodirigido

Anima a explorar sus propios intereses y a buscar respuestas a sus preguntas mediante la investigación y la experimentación independientes. No des todas las respuestas. Apóyalo en el desarrollo de habilidades de autorregulación y autonomía, permitiéndole tomar decisiones sobre cómo y qué aprender.

Establece una Comunicación Abierta y Apoya sus Esfuerzos

Mantén abiertas las líneas de comunicación y demuestra tu apoyo incondicional. A veces, sin darnos cuenta, podemos expresar que lo que nos pregunta es una tontería o que lo que dice no es así. Escucha sus inquietudes, celebra sus éxitos y cuando se enfrente a desafíos, estad ahí. Saber que tienen el respaldo de su familia puede aumentar la confianza en sí mismxs y su motivación para aprender.

Recuerda que cada niño, cada niña, es únicx, por lo que es importante adaptar estas estrategias según sus intereses, necesidades y estilo de aprendizaje. Al fomentar un ambiente de aprendizaje positivo y alentar la curiosidad y la exploración, estarás sentando las bases para que desarrolle un amor duradero por el aprendizaje y el crecimiento personal.

✨​Consejos para Sobrellevar familiares Tóxicxs y Mantener tu Bienestar✨​

Lidiar con un familiares tóxicxs puede ser emocionalmente desafiante, pero es crucial aprender a manejar la situación para preservar tu salud mental y emocional.

Te dejamos estos tips que puedes ir practicando.

Al principio te costará, te harán chantaje emocional, pero te aseguro que a poco a poco irás viendo que funcionan.

1. Establece límites claros

La clave para mantener una relación con un familiar tóxico es establecer límites claros y saludables. Identifica las conductas que te afectan negativamente y comunica de manera firme pero respetuosa tus límites. Aprender a decir “no” es esencial para proteger tu bienestar y establecer un espacio emocional seguro para ti.

Paso a paso:

Reflexiona sobre tus límites personales:

Antes de abordar la situación, reflexiona sobre tus propios límites y necesidades. Identifica claramente qué comportamientos te afectan y cuáles son los límites que necesitas establecer para mantenerte emocionalmente saludable.

Comunica tus límites de manera clara y firme:

Cuando estés lista para establecer límites, hazlo de manera clara, directa y firme. Evita el lenguaje acusatorio y utiliza un tono asertivo. Expresa tus sentimientos y necesidades sin culpar a la otra persona. Por ejemplo, puedes decir: “Me siento incómodo/a cuando se habla de ciertos temas. Aprecio que respetes mi espacio y evites esos comentarios.”

Sé consistente:

La consistencia es clave al establecer límites. Mantén tus límites de manera constante y no cedas ante la presión o manipulación emocional.

Si permites que se violen tus límites de vez en cuando, será más difícil hacer que se respeten en el futuro.

Aprende a decir “no”:

Aprender a decir “no” es una habilidad crucial al establecer límites. No te sientas obligadx a aceptar todas las demandas o peticiones de tu familiar tóxico.

Practica decir “no” de manera amable pero firme, sin sentir la necesidad de dar explicaciones detalladas.

Establece consecuencias claras:

Haz que tus límites tengan consecuencias claras. Por ejemplo, podrías decir: “Si no se respeta mi límite, me tomaré un tiempo para mí mismo/a” o “Si continúas con ese comportamiento, me veré obligado/a a limitar el tiempo que paso contigo”. Establecer consecuencias ayuda a que la otra persona entienda las implicaciones de no respetar tus límites.

Busca apoyo:

No tengas miedo de buscar apoyo en amigos cercanos, familiares no tóxicos o profesionales. Compartir tus experiencias y sentimientos con personas de confianza puede brindarte perspectivas útiles y el respaldo necesario para mantener tus límites.

2. Prioriza tu bienestar emocional:

Enfócate en cuidar tu bienestar emocional. Dedica tiempo a actividades que te traigan alegría y paz. Busca el apoyo de amigxs cercanxs, terapeutas o grupos de apoyo que puedan brindarte un espacio seguro para expresar tus sentimientos. Recordar que tu felicidad es una prioridad puede ayudarte a mantenerte fuerte en medio de la toxicidad.

3. Practica la empatía, pero mantén la distancia:

Intenta comprender las razones detrás del comportamiento tóxico de tu familiar, pero no te dejes arrastrar por sus emociones negativas. Practicar la empatía no significa permitir que te afecten constantemente. Mantén una distancia saludable para protegerte emocionalmente mientras trabajas en comprender la situación desde una perspectiva más compasiva.

4. Considera la posibilidad de limitar el contacto

En algunos casos, puede ser necesario limitar el contacto con un familiar tóxico. Esto no significa necesariamente cortar la relación por completo, pero puede ser beneficioso establecer distancias para protegerte emocionalmente.

Recuerda que establecer límites es un acto de autocuidado y respeto hacia ti mismo/a. No estás obligado/a a aceptar comportamientos tóxicos, y es importante poner tu bienestar emocional en primer lugar.

5. Busca ayuda profesional si es necesario:

Si la situación se vuelve insostenible, considera buscar ayuda profesional. Un terapeuta o consejero puede ofrecerte orientación y herramientas específicas para lidiar con la dinámica familiar.

A veces, contar con el apoyo de un profesional puede marcar la diferencia en tu capacidad para sobrellevar la situación y tomar decisiones informadas sobre el futuro de la relación.