“5 tips para mejorar tus relaciones con los demás”

Llegamos a casa y saludamos a nuestra pareja. Está sentadx en el sofá viendo la tele. Ni se inmuta.

Nos quitamos el abrigo y nos sentamos.Le preguntamos que tal el día y nos contesta con un simple monosílabo:”bien”. Nos fijamos en su cara y vemos que tiene un gesto serio. Le preguntamos:¿te pasa algo? y contesta: “no”.

Con frecuencia es aquí es donde empieza a complicarse la historia y nuestra mente tiene la mala costumbre de empezar a elucubrar e inventar explicaciones del porqué no te ha saludado, tiene gesto serio y ha contestado con un simple monosílabo.

Así que continuamos con el interrogatorio: ¿Y entonces por qué estas tan serio/a?¿He hecho algo mal?¿Te ha sentado mal algo?… y se arma la marimorena.

Este es sólo un ejemplo de cómo funciona nuestra mente.  A veces se generan problemas con los demás que sólo están en nuestra cabeza. Lo podéis aplicar a otras situaciones con familiares, amigos o incluso personas extrañas. Por ejemplo al momento en el que vas al gym por primera vez que piensas que todo el mundo te va a mirar y que vas a hacer el ridículo o el momento quedarte en bañador en la playa: “seguro que me va a mirar todo el mundo,  se van a dar cuenta de mi celulitis, de mis malditos michelines, que vergüenza”.

¿Os ha pasado alguna vez?

Lo que suele pasar es que nuestra mente no se cree que no pase nada, cree que somos el centro del mundo, así que en el caso de la pareja se pone a buscar razones por las cuales la otra persona tiene esa cara, ha contestado un monosílabo o no te ha saludado al entrar: “debes de haberle hecho algo que le haya sentado mal y no te lo ha dicho; eso es que la relación no va bien; ya no te quiere como antes, seguro que tiene dudas”. Este tipo de pensamientos provoca sentimientos de ira, tristeza y culpa. Rara vez pensamos en que lo mismo ES VERDAD  que está cansadx, que ha tenido un mal día y no tiene ganas de hablar o simplemente NO LE PASA NADA.

Jugar a ser adivinos y poner en los demás pensamientos, sentimientos y emociones que no tienen al final tiene un coste emocional elevadísimo.

¿Qué podemos hacer?

  1. PILLARNOS, SER CONSCIENTES. Es decir, darnos cuenta de que nuestra mente está elucubrando.
  2. CONTRASTAR. Tocar tierra y ver si eso que estoy pensando es verdad. Para saberlo no hay más que mirar si hay hechos que me lo demuestran o en el caso de que sea una persona cercana, preguntar. Nada como una pregunta para despejar una duda. ¿De verdad está toda playa mirándote mientras te quedas en bañador pendiente de tu michelín? Lo más probable es que ni se hayan dado cuenta de que has llegado.
  3. QUERERNOS, CONFIAR EN NOSOTROS MISMOS Y EN LAS PERSONAS QUE NOS QUIEREN: Creer en nosotros y aceptarnos tal y como somos es importante para poder relacionarnos con los demás desde una posición de igualdad.  Respecto a los demás es importante creer en la palabra de nuestros familiares, amigos, parejas. Confiar en ellos.
  4. VALORAR: pensar en qué queremos y si tiene alguna utilidad para tu vida o mejorar tu relación con los demás.
  5. ELEGIR. Aquellas acciones que tienen como consecuencia mejorar mi relación para con el otro. Respetarlo.

Espero que te haya gustado. Gracias por compartir.

Un abrazo y un montón de amor para todos.

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Eirene García. Psicóloga

 

“Yes, YOU can”- “Si, TU puedes”

Todxs alguna vez y en más de una circunstancia nos hemos dicho alguna de estas frases: “No puedo”, “No va a salir bien”,”Los demás son mucho mejores que yo”…
En psicología a este tipo de frases las llamamos “creencias limitantes” y se definen como aquellos pensamientos que de alguna manera frenan la consecución de nuestros objetivos y metas en la vida.
Nuestras metas y objetivos son muy variopintos. Pueden ir desde aprobar un examen a conseguir un trabajo que nos guste, seguir un plan nutricional para aprender a cuidarnos, comer bien y hacer ejercicio, presentarnos a la persona que nos  gusta…  En la consecución de estas metas u objetivos son muy importantes las cosas que nos decimos sobre ellas. Un ejemplo de el poder de las creencias es el caso de Barak Obama y su equipo. Eligieron como lema “Yes, we can” y el resultado fue que Obama fue el candidato ganador en las elecciones a presidente de los Estados Unidos de América.barack-obama-yes-we-can
Para cambiar creencias limitantes existen algunas cosas que puedes hacer.
1. La primera es identificarlas, es decir, tratar de “pillar-te”(coger a tu mente diciéndote o pensando que no puedes, que no vales…) y reaccionando ante ello.
Aquí os dejo el link a un cuento de Jorge Bucay que expone bastante bien las consecuencias de hacer caso a las creencias limitantes y creerlas a “pies juntillas”.
2. La segunda cosa es cuestionar su veracidad, comprobar si eso es verdad.
– ¿Es verdad esto que me estoy diciendo?¿Qué pruebas tengo de ello?
Aquí no valen percepciones, tienen que ser pruebas objetivas, “palpables”. Por ejemplo, imaginemos un alumno de segundo de bachillerato al que le han quedado 4 asignaturas. Lleva dos años “intentando” aprobarlas. Cuando hablo con el me dice que en realidad no está estudiando, porque para qué si se que no voy a ser capaz de sacarlas. Nos ponemos a hablar y la verdad es que desde que esta en el colegio hasta que llegó a 2º de bachillerato ha aprobado todas las asignatura, de hecho hasta ha sacado sobresalientes.
La pregunta es ¿es verdad que es incapaz de hacerlo?
Sus cartas de notas dicen que en 1q años ha sido capaz de aprobar siempre todas las asignaturas e incluso sacar nota, con lo cual la veracidad de la creencia de que es incapaz es falsa, porque la realidad es que ha aprobado durante muchos años las asignaturas que ha tenido un año tras otro.
3. Averiguar en qué medida esa creencia nos ayuda a conseguir nuestros objetivos.
– ¿Esta creencia de alguna manera me ayuda o me resulta útil?
-¿Me ayuda a emprender acciones para mejorar mi vida?
– ¿Qué me aporta creerme eso?
-¿Me ayuda a ser quien quiero ser?
-¿Me ayuda a tener las relaciones que quiero tener?
-¿Me ayuda a crecer en mis valores?
Os animo a ponerlo en práctica.
Un abrazo y ánimo con la semana.
Eirene García (Psicóloga)
www.eirenegarcia.com
Bibliografía:
Harris, R.(2014). “La trampa de la felicidad”.Barcelona, Ed. Planeta.

·”Me doy permiso para…”

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Me doy permiso para separarme de personas que me traten con brusquedad, presiones o violencia.
No acepto ni la brusquedad ni mucho menos la violencia..de nadie.
Las personas bruscas o violentas quedan ya, desde este mismo momento fuera de mi vida.
Soy un ser humano que trata con consideración y respeto a los demás .Merezco también consideración y respeto.
Me doy permiso para no obligarme a ser “el alma de la fiesta”, el que pone el entusiasmo en las situaciones, ni ser la persona que pone el calor humano en el hogar, la que está dispuesta al diálogo para resolver conflictos cuando los demás ni siquiera lo intentan.
No he nacido para entretener y dar energía a los demás a costa de agotarme yo: no he nacido para estimularles con tal de que continúen a mi lado.
Mi propia existencia, mi ser ;ya es valioso. Si quieren continuar a mi lado deben aprender a valorarme. Mi presencia ya es suficiente: no he de agotarme haciendo más.
Me doy permiso para no tolerar exigencias desproporcionadas en el trabajo.
No voy a cargar con responsabilidades que corresponden a otros y que tienen tendencia a desentenderse. Si las exigencias de mis superiores son desproporcionadas hablaré con ellos clara y serenamente.
Me doy permiso para no hundirme las espaldas con cargas ajenas.
Me doy permiso para dejar que se desvanezcan los miedos que me infundieron mis padres y las personas que me educaron.
El mundo no es sólo hostilidad, engaño o agresión: hay también mucha belleza y alegría inexplorada .Decido abandonar los miedos conocidos y me arriesgo a explorar las aventuras por conocer .Más vale lo bueno que ya he ido conociendo y lo mejor que aún está por conocer.
Voy a explorar sin angustia.
Me doy permiso para no agotarme intentando ser una persona excelente.
No soy perfecto, nadie es perfecto y la perfección es oprimente.
Me permito rechazar las ideas que me inculcaron en la infancia intentando que me amoldara a los esquemas ajenos, intentando obligarme a ser perfecto: un hombre sin fisuras, rígidamente irreprochable. Es decir: inhumano.
Asumo plenamente mi derecho a defenderme, a rechazar la hostilidad ajena, a no ser tan correcto como quieren; y asumo mi derecho a ponerles límites y barreras a algunas personas sin sentirme culpable .No he nacido para serla víctima de nadie.
Me doy permiso para no estar esperando alabanzas , manifestaciones de ternura o la valoración de los otros.
Me permito no sufrir angustia esperando una llamada de teléfono, una palabra amable o un gesto de consideración.
Me afirmo como una persona no adicta a la angustia. Soy yo quien me valoro ,me acepto y me aprecio
No espero a que vengan esas consideraciones desde el exterior. Y no espero encerrado o recluido en casa ,ni en un pequeño círculo de personas de las que depender .Al contrario de lo que me enseñaron en la infancia ,la vida es una experiencia de abundancia.
Empiezo por reconocer mis valores, Y el resto vendrá solo. No espero de fuera.
Me doy permiso para no estar al día en muchas cuestiones de la vida :no necesito tanta información, tanto programa de ordenador ,tanta película de cine ,tanto periódico, tanto libro, tantas músicas.
Decido no intentar absorber el exceso de información .Me permito no querer saberlo todo. Me permito no aparentar que estoy al día en todo o en casi todo.
Y me doy permiso para saborear las cosas de la vida que mi cuerpo y mi mente pueden asimilar con un ritmo tranquilo. Decido profundizar en todo cuanto ya tengo y soy. Con lo que soy es más que suficiente .Y aún sobra.
Me doy permiso para ser inmune a los elogios o alabanzas desmesurados: las personas que se exceden en consideración resultan abrumadoras. Y dan tanto porque quieren recibir mucho más a cambio. Prefiero las relaciones menos densas. Me permito un vivir con levedad, sin cargas ni demandas excesivas. No entro en su juego.
Me doy el permiso más importante de todos: el de ser auténtico. No me impongo soportar situaciones y convenciones sociales que agotan, que me disgustan o que no deseo. No me esfuerzo por complacer.
Si intentan presionarme para que haga lo que mi cuerpo y mi mente no quieren hacer, me afirmo tranquila y firmemente diciendo que no. Es sencillo y liberador acostumbrarse a decir “no”.
Elijo lo que me da salud y vitalidad. Me hago más fuerte y más sereno cuando mis decisiones las expreso como forma de decir lo que yo quiero o no quiero, y no como forma de despreciar las elecciones de otros.
No me justificaré: si estoy alegre, lo estoy; si estoy menos alegre, lo estoy; si un día señalado del calendario es socialmente obligatorio sentirse feliz ,yo estaré como estaré.
Me permito estar tal como me sienta bien conmigo mismo y no como me ordenan las costumbres y los que me rodean: lo “normal” y lo “anormal” en mis estados emocionales lo establezco yo.
Joaquín Argente

“Mindfulness o lo que es lo mismo, aquí y ahora”

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Vaya por delante que yo soy muy fan del cerebro. Gracias a cómo fue evolucionando hemos sido capaces de sobrevivir como especie (a pesar de nosotrxs mismxs, pero eso es otra historia) Hay que recordar que es una estructura que se forjó para dar respuesta a un entorno muy hostil, en el que había que buscar comida constantemente, afrontar un clima adverso y protegerse de otros animales. Por todo esto está diseñado para planificar, prever y prestar atención a estímulos potencialmente peligrosos. Así que no le echemos la culpa de que se pase el día pensando, urdiendo, planificando, desconcentrándonos… El pobre hace aquello que nos ha sido útil durante miles de años. Perdonémosle y vamos a enseñarle que debido al desarrollo cultural, lo que necesitamos es que sea capaz de centrar la atención en el momento que estamos viviendo:

Porque el medio se ha vuelto menos peligroso y las tareas cotidianas suelen requerir más esfuerzo intelectual, por lo que necesitamos toda nuestra energía al servicio de las mismas.

Además, está demostrado científicamente, que las personas más felices tienen (entre otras) la capacidad de concentrarse más y mejor en el momento presente. Vivir aquí y ahora. Esto no quiere decir que no planifiquen, planeen o se preocupen. Claro que lo hacen. Pero no todo el tiempo. Cuando se encuentran inmersxs en una tarea, el 100% de su ser está en esa tarea, ya sea trabajar, comer o dar un paseo. Su mente y su cuerpo se encuentran en el mismo lugar y en el mismo tiempo. De esta forma sienten mucho menos estrés y son más eficaces.

Cuesta trabajo cambiar rutinas que nos han servido durante tanto tiempo… pero visto los beneficios…

¿A que merece la pena intentarlo?

Alma Montes (Psicóloga).

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“Hay remedio para un corazón roto”

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No es el mal de amores una dolencia moderna. Avicena (s. XI) en su Canon de Medicina sitúa el amor dentro de los trastornos mentales junto a la somnolencia, insomnio, hidrofobia y melancolía… Pero el afán reduccionista de los últimos siglos ha relegado al amor a temática de artistas, privándonos de un entendimiento intelectual del mismo. Por lo tanto nadie nos enseña a amar, ni mucho menos a dejar de amar.

Sólo tenemos a nuestra disposición canciones, poemas, obras literarias, películas, que en muchas ocasiones no son las más adecuadas como ejemplo de comportamiento tras un fracaso amoroso.

Desde mi punto de vista, lo primero que tenemos que entender es que debemos pasar un proceso de duelo. Hay que sentir tristeza, es lo natural. La tristeza es una emoción útil (como todas) Nos proporciona momentos de quietud en los que reorganizar nuestra vida y nuestros pensamientos. Hay que entender que todo el espacio (y el tiempo, y los pensamientos, y las emociones) que ocupaba el “ser amado” ahora está vacío… así que hay que llenarlo con otras ocupaciones. Esto nos lo permite la tristeza.

El problema aparece cuando la tristeza se alarga en el tiempo o forma parte de nuestra vida de tal manera, que nos impide realizar otras cosas, esto es, la tristeza patológica. Se produce por muchas causas. Algunas de ellas pueden ser: creencias erróneas sobre el amor, falta de autoestima, abandono de cosas importantes para uno mismo en favor de la pareja, altas expectativas, pérdida de redes sociales…

Yo soy de la opinión que nos deberían enseñar a amar (y de paso a desamar) como parte de la vida que es, que no nos pillara de forma imprevista. Porque las emociones no son menos importantes por el hecho de que no sepamos científicamente a qué se deben. Porque forman parte de nuestra cotidianidad mucho más que las integrales, la clasificación de las nubes, y las características de la generación del ’27 y eso, eso sí nos lo enseñan.

Alma Montes. Psicóloga.

“Psicología práctica es mi blog. Es como una tabla de surf. Un espacio donde encontrar herramientas para surfear por la vida”

“Psicología práctica” es el espacio donde comparto mis reflexiones y ejercicios de ayuda.

 

Las personas “hacemos bien lo que nos gusta y nos gusta porque lo hacemos bien”

(P. López de Ceballos).

No tengo una bola de cristal ni una varita mágica, ni tampoco la receta de la eterna felicidad, pero sí sé de técnicas y conocimientos sobre psicología que os pueden ayudar a afrontar la vida cotidiana de una forma más sana. Para vivir no es necesario sufrir.

Como dice Jon Kabat-Zinn: “no puedes parar las olas pero puedes aprender a surfearlas”.